El Artículo 1 del Título Primero de los Estatutos de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, creada en 1751, fija como objetivo “cultivar las buenas letras en general, y contribuir a ilustrar la historia de Sevilla y de la región andaluza”. Y el Instituto de Academias de Andalucía, en el que se integró desde su creación en 1985, se constituyó con el fin de promover y desarrollar “todos los aspectos de la cultura e investigación científica, especialmente las andaluzas” (Art. 2ºb), para lo cual “se relacionará con las Reales Academias Españolas y centros afines, sea cual sea su ámbito territorial, así como con el Instituto de España y con la Administración del Estado, Autónoma y Local” (Art. 2ºc). La RASBL es, pues, el marco apropiado para poner en marcha un Foro [FORUM ´plaza principal del espacio urbano en el que, entre otras cosas, se discutían los asuntos de interés común´] del habla andaluza (FHA), con el fin de fomentar el debate acerca de cuanto concierne a la trayectoria evolutiva y situación actual de uno de los elementos cruciales en la configuración de la identidad e imagen de la región.
A partir de las numerosas investigaciones que han contribuido al conocimiento de las hablas andaluzas, el FHA pretende ser un espacio abierto en que se puedan exponer y proponer razonadamente todas las ideas plausibles, sin suponer ni, mucho menos, imponer nada.
Es su propósito proyectar en la sociedad los resultados de los estudios realizados, generalmente recluidos en el ámbito académico. Pese a que las modalidades habladas andaluzas (de la escritura nada especial procede decir) han sido objeto constante de estudio (únicamente han recibido mayor atención las de México, país -no región- en el que vive casi la cuarta parte de todos los hispanohablantes), sigue siendo necesario y urgente acabar con la percepción deformada que de ellas se tiene tanto fuera como dentro de la Comunidad Autónoma. Los juicios de valor se encuentran mediatizados por estereotipos que hacen referencia a la capacidad imaginativa, riqueza léxica, gracejo, ingenio y donaire de los hablantes, a una supuesta “herencia” árabe, al influjo gitano, etc., el mantenimiento de muchos de los cuales no es desvinculable del bajo nivel cultural y escasa competencia idiomática y comunicativa de una parte significativa de la población hasta una época relativamente reciente. Este Foro luchará por erradicar los tópicos infundados.
El único camino para comprender y enjuiciar cabalmente lo que caracteriza las formas de hablar de los andaluces es conocerlas. La tarea no es fácil. En primer lugar, por la imposibilidad de acceder a la conciencia lingüística de los usuarios mismos y, por la tanto, de saber si lo que piensan influye -y en qué medida- en su conducta idiomática. Y, por otro lado, porque en las actuaciones de los más de ocho millones de hablantes de la extensa zona que va desde Encinasola y Ayamonte a Pilar de Jaravia y Cabo de Gata, y desde Santa Eufemia a Tarifa, tan destacables son las divergencias internas como las que las diferencian del resto de la Península Ibérica, Canarias y la América de habla hispana. Como, además, al igual que en cualquier otra modalidad del español, los hablantes optan en cada situación comunicativa por el registro más adecuado, cualquier intento de caracterización global del andaluz será discutible.
Para conseguir una descripción del andaluz, este FHA cuenta con los indudables logros ya alcanzados en el terreno de la pronunciación y del léxico, si bien es preciso y urgente someterlos a una criba que separe las verdaderas aportaciones de las elucubraciones subjetivas, engañosas o falsas. Tratará de contribuir a cubrir las numerosas carencias, patentes en el terreno de la sintaxis y la prosodia, de relevancia igual o mayor que el de la fonética y los vocablos. Y procurará que la perspectiva sociolingüística, ineludible foco iluminador de todo, supere la fase de débil rigor metodológico en que se encuentra.
Para cumplir tan ambicioso plan de trabajo, ha de empezar por replantearse la realidad misma de la Andalucía actual, que ha dejado de ser la región atrasada, pobre y con elevados índices de analfabetismo en la que los dialectólogos se han venido centrando, y en la que algunos, que la consideran depositaria de su autenticidad, parecen empeñados en seguir anclados. Desde que, a mediados del siglo pasado, los responsables del Atlas Lingüístico y Etnográfico de Andalucía (ALEA) recorrieron las tierras andaluzas -en circunstancias tan adversas, que la empresa puede calificarse de titánica-, el crecimiento de la competencia idiomática (oral y escrita) y comunicativa lograda por una gran parte de los andaluces permite afirmar que, sin perder un ápice de identidad, se encuentran plenamente integrados como partícipes activos en la inmensa comunidad de varios centenares de millones de una de las pocas lenguas de cultura del mundo. Andalucía necesita, pues, un nuevo retrato idiomático.
Para alcanzar estos objetivos el FHA programará, entre otras actividades, reuniones en que la exposición de indagaciones originales se combine con la reseña crítica de las que vayan apareciendo y tratará de dar respuesta, en la medida de lo posible, a las consultas y sugerencias que sean planteadas, por andaluces o no andaluces. Así mismo, para la divulgación, objetivo primordial del FHA, sería deseable contar con el apoyo de los medios de comunicación.